jueves, 8 de julio de 2010

LLEGANDO A TUPIZA

DOS MESES Y OCHO DIAS

Fecha: 18/06/10
Recorrido: Villazón – Tupiza
Salida: 13 horas
Llegada: 19 horas
Km/Hs: 95 km en 6 horas.

Cambio horario: Hay una hora de diferencia entre Bolivia y Argentina.

Anécdota: En la ruta todos nos saludaban y sonreían. Muy lindo gesto el de los bolivianos con Argentina. ¡Gracias Hermanos!

Percances:

Kanthaka se empastó: A la moto de Leandro se le empastaron las bujías. El percance retrasó el horario de salida.

Camino de Ripio: El sol estaba muy fuerte, el camino de ripio retrasó el horario estipulado. Manejamos lento en un camino muy arcilloso y desértico. Llegamos cansados, llenos de tierra y con dolor de cabeza por la insolación.

¡Cruzamos un túnel!





Hotel Villegas: Dormimos una noche, descontentos por el servicio porque casi nos electrocutamos con el sistema de ducha eléctrica. Además, no salía agua caliente. Estábamos llenos de tierra nuevamente, y no pudimos bañarnos. En Bolivia, se abona por adelantado cualquier servicio. Fuimos a quejarnos y la pobre empleada de la noche (que no era la que nos había cobrado) no podía hacer nada. Llamó al encargado por teléfono, pero él no apareció. Queríamos ir a otro Hotel (pero no podía devolvernos el dinero porque se lo había llevado la otra empleada), o bañarnos en alguna otra habitación, pero todas las duchas eran eléctricas. Es un peligro, porque tiene la térmica y los cables junto a la ducha. A Seba le dio una patada cuando quiso ducharse. Al día siguiente podríamos haber insistido para que nos devolvieran parte del dinero, pero preferimos seguir viaje. Además, cerramos paquete de garaje y habitaciones por 25 bolivianos, y cuando terminamos de entrar las motos, la primera empleada nos dijo que se había olvidado de agregar el precio del garaje. Por supuesto, le dijimos que nos había dicho que estaba incluido, con la mejor cara de argento, y no nos cobró. Pero, con la plata, son rápidos los bolivianos. ¡Hay que cerciorarse muy bien de lo que uno va a consumir antes de abonar!

Hostal Coronel Pedro Arraya: Al día siguiente, buscamos otro hotel. Nos atendió muy amablemente y amistosamente Álvaro, el encargado. Cerramos un paquete donde nos ofrecía hospedaje y la excursión al Salar de Uyuni y alrededores. Nos salía 353 pesos argentinos por persona, nos aceptaron dinero argentino con un cambio de 1.70. Le abonamos y nos fuimos a la habitación. A eso de las siete de la tarde, se acerca Álvaro a la habitación y nos exige que le paguemos más dinero porque el cambio había bajado a 1.60. Le explicamos que no podíamos abonar más, y que no nos correspondía, porque habíamos cerrado el paquete a ese precio, y que debería de hacerse cargo el dueño de la empresa. El dueño dijo que no podía hacerse cargo, y terminamos cancelando el paquete. Pagamos sólo esa noche. Pero por la mañana siguiente, tuvimos que comernos la mala cara y atención de Álvaro. Cuando Seba quiso ir a desayunar con Lu (porque se levantaron más temprano), Álvaro les negó el desayuno diciéndoles que teníamos que estar los cinco juntos para servirnos… ¿Qué???
Su mala predisposición nos demostró, por segunda vez, que cuando de dinero se trata, los bolivianos cambian la cara.

La mejor noche: La última noche en Tupiza fuimos a cenar afuera. Encontramos un bar re copado, donde había una pantalla gigante que pasaba videos de los 80 en adelante. Ludmi y yo no parábamos de cantar, y cuando veíamos una canción argentina, más entusiasmo le poníamos. Había un grupo de gringas en la otra mesa que se reían y copaban con nosotras. Nos pillamos de la risa, además de comer muy bien y barato. Los chicos se pidieron dos hamburguesas completas y nosotros los vegetas, unas albóndigas de frijoles con tallarines y una salsa picantita (bien al estilo boliviano). Para tomar pedimos una coca y una cerveza Quilmes. Estaba todo delicioso y disfrutamos mucho de esa cena tan divertida y especial.



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