miércoles, 21 de julio de 2010

MACHU PICCHU

Objetivo del Viaje:
EXCURSIÓN A MACHU PICCHU (montaña vieja)

Fecha: 17/07/10
Recorrido: Nos levantamos a las 3 de la mañana, porque decidimos ir caminando hasta la entrada (ya que el bus nos salía 8 dólares). Subimos un cerro sobre escaleras rocosas en medio de la selva y la lluvia, en plena noche. Compartíamos la luz de las linternas con gringos, israelitas, españoles y argentinos, que hacían el mismo recorrido. Fue devastador, pero a las 6 de la mañana, llegamos a destino luego de dos horas de caminata. La idea era poder llegar a estar dentro de las 400 personas con acceso al Wayna Picchu, pero mientras hacíamos la cola, pensábamos en lo poco que se apreciaría la ciudad de Machu Picchu vista desde este cerro, ya que la lluvia y la niebla tapaban la visión. Entonces, salimos de la fila y nos fuimos a tomar un chocolate caliente, para recuperarnos un poco del frío.
A las 9 de la mañana ingresamos a la ciudadela junto con un grupo y un guía (10 soles por persona) y comenzamos a recorrer esta maravillosa ciudad construida por Pachacutec en el siglo XV, hace 500 años, único refugio donde no tuvieron acceso los conquistadores.
La foto que se obtiene desde el Wayna Picchu (montaña joven), es la clásica panorámica de la ciudad.



Todos estábamos entusiasmados con este recorrido, pero el que estaba realmente emocionado era Leandro.





La puerta de acceso a la ciudad: Construida con los elementos propios del lugar. Las piedras estaban pulidas y fueron arrastradas hasta el ingreso, sobre maderas con piedras redondeadas utilizadas como ruedas.





Zona Agrícola: Los incas eran grandes agricultores, y trabajaban la tierra en esta zona, especie de escalones gigantes. Tenían la zona agrícola alta y baja. La ciudad estaba muy bien organizada y sectorizada.





Los recintos principales, compuestos por las habitaciones de los habitantes. Todas contaban con dos pisos, donde dormían en el primero y utilizaban el segundo piso como depósito de granos y otros elementos. Las habitaciones de las mujeres vírgenes estaban alejadas y contaban con las ventanas más altas, para evitar el ingreso de extraños. Estaban muy custodiadas, ya que eran las futuras mujeres seleccionadas para el rey Inca. El rey era el único que podía tener muchas mujeres.





El templo de las tres ventanas: Y la cruz andina que se refleja completa con el sol. La CHAKANA (que en quechua significa cuatro escaleras), es símbolo de la unión con el Hanan Pacha (lo que está arriba o lo que es grande). Cada escalón tiene un significado: el puma, simboliza a la tierra y la zona de Cusco; el Cóndor, es el aire y el territorio completo de Machu Picchu; y la serpiente, hace alusión al agua y al Rio Urubamba que atraviesa todo el valle sagrado. Si uno observa una fotografía de Machu Picchu, se apreciará la forma de un cóndor. Sin saberlo, todo el marco cosmogónico estaba construido sobre una inmensa chakana. Además, esta cruz cuadrada simboliza el cielo y la tierra, lo de arriba y abajo, el macho y la hembra. La otra subdivisión, la derecha e izquierda, simboliza el día y la noche, el Sol y la Luna, el hombre y la mujer. Utilizado como calendario.





La Cruz del Sur y el Reloj Solar: Leandro con la Cruz del Sur, que marca los puntos cardinales y los cerros a su alrededor: Machu Picchu, Wayna Picchu y el Putucusi. A la derecha el reloj solar, situado en una de las partes más altas de la ciudad. Si uno acercaba las manos, podía sentir el calor que emitía la piedra. Basándose en las sombras emitidas por el sol, los incas calculaban el horario.





Con el Cerro Putucusi de fondo. Leandro, Germán y Sebastián se atrevieron a subirlo, a pesar de ser muy empinado y con partes difíciles de atravesar. Fue el momento de mayor temor y aventura que sintieron. Llegaron al hotel todos sucios y con los pantalones rotos, ¡pero felices por haberlo logrado! Esto sucedió el 16 de Julio, día anterior a la excursión a Machu Picchu.



La habitación del Rey tenía los techos más altos y en punta, en su honor y por protección, ya que existían los envenenamientos con comida y hasta entre hermanos. Contaba con más ventanales y con cocina exclusiva. El A diferencia de la habitación común de abajo.





La plaza principal, punto de reunión de los incas. Había llamas por doquier, pertenecientes a esta zona desde hace tiempo. Los incas se alimentaban de su carne, utilizaban su lana como abrigo. Un animal sagrado para ellos y muy honrado por todo lo que les daba. Los incas tenían u promedio de vida de 120 años, por su alimentación baja en grasas y colesterol (la llama no es una carne grasosa), frutas y hortalizas. También conocimos a la vizcacha (familia de los conejos), que generalmente no suele aparecer.











Los espejos de agua, utilizados para ver al Sol y a la Luna. Con él calculaban el ciclo femenino a través de la posición lunar.





Templo del Cóndor: Lugar sagrado de los incas. Se observa las piedras con forma de alas en posición de vuelo y debajo, la cabeza del cóndor, con sus ojos, el pico y el collar blanco de su cuello. Utilizaban este sector para que el espíritu de los muertos sea elevado. Ellos creían en la reencarnación, y colocaban los cuerpos en posición fetal durante la ceremonia, para que le sea más fácil reencarnar. Debajo de la piedra principal (en el estómago del cóndor), colocaban las pertenencias del fallecido u ofrendas para el cóndor.



El templo del Sol: Los incas adoraban al Sol, no como un Dios, sino como el proveedor de toda la vida y energía, por el calor y la alimentación que les proveía con sus cosechas. A través de las diferentes ventanas entraba la luz del solsticio de verano y de invierno.





Las fuentes de agua estaban funcionalmente construidas con sus pequeños canales para proveer a toda la ciudad.



Recinto del Guardián: Para protección del Rey y de la ciudad entera ante diversas amenazas. No sólo los humanos desconocidos eran observados sino también, el puma y la serpiente, animales peligrosos para el pueblo inca.



Depósitos Qolqas: La mayoría de los techos, fundamentalmente de los templos y habitaciones, han desaparecido con el tiempo. En algunos casos, los han reconstruido con paja y madera, como por ejemplo, en este depósito.



Y antes de irnos, una buena foto panorámica del Machu Picchu y de nuestra despedida a este maravilloso pueblo milenario.



Salimos a las 13 horas de la ciudadela. Nos quedamos esperando un rato a Lea, que aprovechó para tomar unas fotos sin niebla y despedirse del lugar. Bajamos nuevamente por las escaleras rocosas del cerro, pero esta vez tardamos 40 minutos nomás, porque era todo bajada. Ger, Seba, Ludmi y yo, decidimos volver en tren porque estábamos destruidos (31 dólares por persona), Lea volvió caminando. El domingo 18/07 a las 5 am partimos y llegamos a Ollaytaytambo a las 7 am. Nos tomamos un taxi por 10 soles cada uno, y a las 9 am llegamos a Cusco. Allí, cada uno emprendió su camino. A partir de ahora comienza la segunda etapa del viaje: EL REGRESO A CASA.

AGUAS CALIENTES: parte II

El 16/07/10 se festejaba en Aguas Calientes, el día de la Virgen del Carmen (evento con tres días de duración), y nosotros festejábamos a la vez, el cumpleaños número 26 de Germán. Después de soplar la velita en la torta improvisada, fuimos al mercado central a desayunar unos ricos jugos naturales con sándwiches. No fuimos al Machu Picchu porque en la madrugada llovía.





En la plaza principal como en las calles de los alrededores, se veían a todos los peruanos en sus coloridos trajes bailando al compás de las orquestas que sonaban en vivo para todo el pueblo. Son tres días de festejo: La previa, el segundo de procesión y el tercero de fiesta con comidas y bebidas, con los grupos de gente reunida bailando y disfrutando. ¡Eso sí, si pretendías dormir, la trompeta no te dejaba!











Para terminar el día como el cumpleañero se merece, fuimos a cenar afuera una muy buena pizza con cerveza (la mejor que hemos probado estando fuera de Argentina). De cortesía nos invitaron unos nachos con guacamole, excelentes.



AGUAS CALIENTES: parte I

TRES MESES Y 3 DIAS: VIAJE A LA CIUDADELA

Fecha: 13/07/10
Recorrido: Cusco – Aguas Calientes
Salida: 19:30 horas
Llegada: 10 horas del 14/07
Km/Hs: Nos tomamos un micro desde la terminal cusqueña a 15 soles por persona. Viajamos durante siete horas hasta llegar a Santa María. No fue placentero el trayecto, ya que atravesamos un cerro y el traqueteo de las subidas y bajadas nos mareó bastante y no pudimos pegar un ojo en toda la noche. El más perjudicado fue Germi, que terminó dejándole un regalito a la Pacha mama a través de la ventana del micro. Llegamos tipo dos de la mañana y nos subimos a una combi que nos llevaba hasta Hidro por 14 soles por persona. Viajamos apretados con otros peruanos y un par de rosarinos que estaban de viaje. Llegamos a las 4:30 de la mañana y después de unas frutas y el abrigo, comenzamos a caminar por la vía del tren. El viaje estimado de dos horas y media, lo hicimos en cuatro porque íbamos despacio, apreciando el paisaje que nos ofrecía la selva junto al Río Urubamba una vez que amaneció y parando de a ratos porque Seba y Ger se sentían mal. En total gastamos 29 soles (10 dólares), mientras que el viaje en tren (monopolio gringo) directo de Ollaytaytambo a Aguas Calientes salía 31 dólares. A eso de las nueve ya estábamos en Aguas Calientes, buscando el hospedaje más económico. Nos cruzamos con otro argentino que venía de hacer la excursión a Machu Picchu encantado, y nos recomendó el hotel en donde estaba hospedado.

















Hospedaje: Willcamayu. Habitación doble y triple, con baño privado y hermosos colchones a 10 soles por persona. Un golazo.
Paseo por la ciudad: Nos dedicamos un día a descansar y reponernos del trajín del viaje, y al día siguiente nos fuimos a dar un paseo. Disfrutamos de un show en vivo de música peruana por un rato (VER VIDEO) y después nos tomamos fotos con Pachacutec y su mujer, monumento situado en medio de la plaza principal.









Aguas Termales: Por la tarde fuimos a disfrutar de un buen baño termal. La entrada estaba 10 soles y podías quedarte todo el día. Llevamos agua y unas frutas y nos fuimos a relajar. El camino era hermoso, muy selvático y la recepción estaba adornada bien al estilo peruano, con pinturas en las paredes. Había siete piletas disponibles, con diferente graduación de temperatura.