VALLE DE LA LUNA

4. Parque Provincial Ischigualasto (Valle de la luna):
Este parque natural es una de las reservas geológico- paleontológicas más importantes de Argentina. Las rocas han preservado una extraordinaria variedad de fósiles de vertebrados, incluyendo los restos de dinosaurios más antiguos conocidos.

Realizamos la visita guiada de las 15:45 horas, cada uno con su vehículo. El costo de la excursión fue de $25.- por persona. Comenzó el recorrido con una caravana de autos, y nosotros detrás del guía para no llenarnos de tierra. Apenas visualizamos el terreno, nos quedamos sorprendidos. Era un enorme valle tricolor, al fondo se veían las barrancas coloradas, en medio el verde de algunos arbustos y de nuestro lado el color arena de la tierra seca. El guía nos explicó que, para los científicos, este lugar era importantísimo por las cualidades del terreno. Les permitía estudiar tres eras diferentes (de millones de años de diferencia entre ellas), en un mismo lugar. Se la denomina “la era triásica”. A ello se debe la diversidad de colores y formas entre los terrenos.



Las geoformas (formas de tierra) que veremos, tienen más de 200 millones de años. La cordillera fue la que desplazó y elevó las estructuras rocosas, que luego se siguieron erosionando por el viento y las aguas, hasta formar lo que hoy vemos. El lugar se mantiene intacto, y realmente parece estar en la época de los dinosaurios, por el terreno desértico y las formas de las rocas.
La primera parada la realizamos en la geoforma denominada “El Gusano”. ¡Por momentos, necesitamos un poquito de imaginación, para encontrarle la vuelta a la estructura!
El guía nos mostró los diferentes estratos que formaron a esta roca, y se apreciaba por las tonalidades diferentes. Además, una planta de hace millones de años quedó fosilizada. Se pueden reconocer a la perfección las hojas de la misma, adherida a la roca.


La segunda parada la hicimos en “El Valle Pintado”. Aquí se veía perfectamente, el color perteneciente a eras diferentes y los estratos bien marcados. Era maravillosa la vista, un terreno jamás imaginado. Parecía el parque Jurásico.


El gusano a la izquierda y el Valle Pintado a la derecha.

“La Esfinge”, fue la segunda geoforma que vimos. Tenía la forma de un gato recostado.

La tercera parada nos llevo a la “Cancha de Bochas”. Un grupo de bolas creadas por partículas de plantas o insectos que se fueron adhiriendo al núcleo. Nos dijo que no tenían mucha resistencia, en caso de hacerlas rodar o golpearlas, se partirían, ya que estaban formadas por el núcleo orgánico, agua y arenilla.


La Esfinge a la izq y la Cancha de Bochas a la der.

La cuarta parada y más reconocida en el mundo entero es la figura “El submarino”. Según el ángulo donde se la mire, se aprecia perfectamente la trompa y el telescopio.

Entre las rocas, se veían las formaciones redondeadas y antiguas propias de la era de los pica piedras. ¡Hasta se podía escalar sobre ellas!

La quinta y última parada la hicimos en “El Hongo”. Acá sí que hay que ser creativo y redondear el hongo para que se le parezca.



A partir de allí, comenzamos el recorrido de vuelta, pero siempre en forma circular, nunca pasamos por un lugar ya visto. Llegando a los cerros colorados, decidimos parar en medio de la calle, y con el permiso de la caravana trasera, tomarnos una señora foto.



Fueron 40 kilómetros de recorrido, a la vuelta ya eran como las 19:30 horas y se sentía el frío. Cuando llegamos nuevamente a la entrada, nos dirigimos al pequeño Museo de Ciencias Naturales, realizado por la Universidad Nacional de San Juan: Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Allí pudimos apreciar las réplicas realizadas de los dinosaurios encontrados en la zona. Los fósiles reales se encuentran en la capital de San Juan y Tucumán. También había restos de algunos vertebrados.