2. Museo “Piedras del Mundo”: A diez kilómetros de Villa San Agustín, en la localidad de Usno, se encontraba el museo de Piedras del Mundo. Disfrutamos de una visita guiada por un muchacho muy capacitado en el tema. Sabía de arqueología, paleontología, mineralogía y de todos los insectos y plantas típicas pertenecientes a la zona. Primero pasamos a la sala de las Piedras.
Luego pasamos a la sala dos, donde conocimos los diferentes tipos de insectos de la zona. Detectamos cuáles eran los venenosos, como la viuda negra, la avispa, la vinchuca que trae el mal de Chagas y otros. La araña pollito, que es la más grande y espeluznante de su especie, pica pero no es venenosa. Había mariposas de toda clase, entre ellas la de noche, que pudimos identificarla en el Camping, estando viva y le sacamos fotos. Había hormigas de todo tipo y peceras con muchos bichos embalsamados.
La tercera y última sala es la de la flora, fauna y caracoles de mar. Conocimos e identificamos a las víboras venenosas, la Yarará, la Cascabel y la Coral. Vimos un sinfín de caracoles marinos, de todos los colores y formas, además de estrellas de mar, almejas y orejas de mar. Existen 128 tipos de pájaros de la zona, y muchas flores y árboles característicos. Disfrutamos de las imágenes y fotografías obtenidas por ellos.
El tour nos llevó como tres horas. No dejamos de cuestionar al guía en ningún momento. Todo era muy interesante y él estaba muy predispuesto a responder nuestras dudas. Aprendimos que el talco proviene de un mineral que lleva su nombre, el flúor y el yeso también se sacan de las piedras. Hay algunos minerales que tardan 100 años para crecer un milímetro, mientras que otros lo hacen a mayor velocidad. Descubrimos que existe el cuarzo negro, y observamos que en las calles de San Juan, se puede encontrar cuarzo blanco, transparente y rosado, porque es típico de la zona. Justamente, al acercarse a la puerta del Museo, se puede apreciar un camino hecho de cuarzo blanco, desde el comienzo hasta la entrada. Es bellísimo. Aprovechamos para juntar algunas piedras sueltas y llevarlas de regalo.
3. Pueblo “La Majadita”: Nos recomendaron conocer este pueblo por su natural belleza. Se encuentra a diez kilómetros de San Agustín. Nos subimos a las motos y fuimos en busca de aventura. La calle era de ripio, arenosa por momentos, y tuvimos que atravesar pequeñas lagunas de agua, algunas con un poco de profundidad. A Lea se le apagó la moto en medio del agua, y como no le andaba bien la batería, Lu peló sus patas y lo ayudó a empujar. ¡Fue muy divertido! Paramos en un hermoso arroyo a descansar un poco y disfrutar del sonido del agua.
hola german.vi el recorrido que han hecho.los veo espectacular y es impresionante los lugares por donde anduvieron.cuando puedo leo la info quer vas agregando y ojala no tengan ni un drama con las motos.los felicito.saludos al grupo y mucha suerte.franco,el cerrajero.
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