La primera es una artesanía hecha con cartulinas de colores, recortadas con la navaja y tijerita de la victorinox. Representa una carta del Tarot Osho Zen. LA Curación.
Lástima que no conseguí una foto mejor. El fondo naranja que se ve pertenece al mantel de la mesa donde estaba apoyado el dibujo.
La segunda es un escrito sobre la felicidad.
Triste Felicidad
Difícil escribir al estilo “corta venas”.
Es evidente, mi optimismo me frena.
Pero ya no puedo negar más,
la necesidad de expresar mis penas.
Es temor a ser feliz.
Cómo serlo, sin compartir.
Pareciera como si la gente, necesitara sufrir.
En ese estado, que difícil ser feliz.
No me aceptan, no me entienden
Me sentencian si no bebo,
las angustias de la gente.
Me rehúso o me escapo,
me niego o lo cambio.
Me comparan o confunden
Con un loco muy extraño.
No me aceptan, no me entienden.
Me alejo si no quieren,
Es muy lindo cuando vienen.
Decidí ser feliz,
y abandoné la matriz.
Ya nadie se fija en mi.
Me envidian o recelan; me anhelan.
Mi vida es simple y resuelta,
a los ojos del que observa.
Ya no me permiten sufrir,
casi no tengo con quien compartir.
La angustia y el temor,
se apoderan de mi.
Pero ahora, solo quiero ser feliz.
Giros, vueltas, cambios.
El equilibrio no encontrado.
Y los ojos del que mira,
Irritados, envidiando.
Una vez quise ser feliz.
Después, necesité compartir.
Hoy, quiero vivir.
Me pregunto si… ¿la felicidad se siente cuándo estoy feliz o cuándo encuentro con quien compartir mi felicidad?
Sea cual sea la respuesta, elijo vivir.
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